Cerrajeros
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El drama de las llaves perdidas
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El pánico se instaló en el mismo instante en que mi mano no encontró el habitual bulto en mi bolsillo. Vacío. Las llaves del coche no estaban. Recorrí mentalmente mi mañana por Vigo: el café en la cafetería de siempre, la parada en el mercado, el paseo hasta el trabajo… Nada. Se habían esfumado. Y…