Cuando decidí castrar gato en Gondomar, lo hice pensando en su bienestar y en la tranquilidad que traería a nuestro hogar. La castración no solo ayuda a prevenir camadas no deseadas, sino que también reduce comportamientos como la agresividad o la tendencia a marcar territorio. Además, permite reducir el riesgo de enfermedades como infecciones en el aparato reproductor o ciertos tipos de cáncer. Dentro de nuestra comunidad, este procedimiento es promovido tanto por veterinarios como por protectoras de animales, quienes subrayan la importancia de estas ventajas, no solo para el gato sino también para controlar la población felina.
El procedimiento en sí fue más sencillo de lo que siempre había imaginado. Antes de la cirugía, el veterinario realizó una revisión completa de mi gato para asegurarse de que estaba en condiciones óptimas de salud. Se aseguró de explicarme cada paso, desde la anestesia hasta el procedimiento en sí, el cual es rápido y mínimamente invasivo. En machos, consiste en la extracción de los testículos y, en hembras, en la ovariectomía o extirpación de ovarios. Ambas opciones se realizan bajo anestesia general, lo que asegura que el animal no sufra dolor durante la operación. Aunque cualquier intervención quirúrgica puede asustar un poco al principio, la profesionalidad y el trato cercano de los veterinarios en Gondomar me dio total confianza.
Tras la operación, la etapa de recuperación fue clave para garantizar que todo saliera bien. Lo primero que hice fue preparar un espacio especial para mi gato donde pudiera descansar tranquilo, sin riesgos de saltos o movimientos bruscos. El veterinario me recomendó vigilar la incisión regularmente para detectar posibles signos de infección, como enrojecimiento o inflamación. También me aseguré de seguir el tratamiento con los analgésicos y antibióticos prescritos, lo cual ayudó a que mi gatito se sintiera cómodo desde el primer día. Algo que me sorprendió fue lo rápido que mi gato volvió a sus actividades normales; al cabo de unos pocos días, ya parecía estar completamente recuperado. Sin embargo, me recomendaron evitar que se lamiera la zona operada, evitando complicaciones con la ayuda de un collar isabelino.
El hecho de castrar gato en Gondomar es cada vez más común, gracias a los esfuerzos de las clínicas veterinarias que informan y facilitan este proceso a los dueños de mascotas. Existen diversas opciones para llevar a cabo la castración. Desde clínicas privadas hasta campañas organizadas por asociaciones protectoras, siempre hay alternativas accesibles. En mi caso, opté por una clínica veterinaria local con muy buenas referencias, pero también se pueden encontrar jornadas específicas de castración a precios reducidos, organizadas por entidades que buscan fomentar esta práctica. Esto me pareció una excelente iniciativa para quienes cuentan con más de un gato en casa y desean mantenerlos sanos a largo plazo.
Castrar a mi gato mejoró no solo su calidad de vida, sino también nuestra convivencia en casa. Dejaron de aparecer comportamientos problemáticos como los maullidos insistentes durante las noches o las peleas con otros gatos de la zona. Además, después de unas semanas, mi gato parecía más relajado y feliz. Es una experiencia que me enseñó mucho sobre el cuidado responsable de las mascotas, y también me permitió colaborar con el bienestar general de la comunidad felina en Gondomar. Hoy me siento feliz de haber tomado una decisión que sé que beneficia a mi gato, a mí y, por supuesto, a muchos otros animales en nuestra localidad.